En la actualidad, se están buscando diversos métodos para detectar hipoglucemias en personas que no las sienten o que no tienen capacidad para manifestarlo (como pueden ser los niños). Uno de estos métodos se basa en el uso de perros.
Los perros de asistencia se pueden “especializar” en diversos campos para ayudar a las personas. De esta manera, unos se especializan para atender a los invidentes, otros para detectar cánceres o como ayuda a pacientes con discapacidad, entre otros. Para comprobar si van a ser aptos para el trabajo, se les hace una criba a partir de los 3 meses de edad y se evalúa si tienen las aptitudes y actitudes necesarias. A partir de ahí, una buena edad para comenzar el adiestramiento son los 7 u 8 meses.
Los canes que van a detectar las hipoglucemias deben cumplir un requisito fundamental: tener un gran olfato. Por eso se recomienda el uso de Labrador y Golden Retriever, Braco, Pastor Alemán u otros perros de caza, aunque los mestizos también pueden valer si cumplen este requisito.
Una vez que tenemos al animal, comienza el adiestramiento. A través de las partículas olfativas, se cogen gasas impregnadas en sudor, orina y aliento en ratios que haya una hipoglucemia y se condiciona al perro, reforzando las situaciones en las que hace marcajes. Repetición y fijación, entre otras cosas. Según Octavio Villazala, director del centro canino Montegatto y adiestrador, “el avance está en que se utilizan métodos positivos, se les refuerza cuando aciertan y se les ignora cuando no lo hacen“.
El compañero peludo nos avisará como queramos, ya que el perro ha sido adiestrado previamente.